martes, 29 de noviembre de 2011

Documento Base: Para la Propuesta de un Sistema Integral e Integrado de Salud

Enviado Por:Dr: Calos Cebey

Autores:  Maitén Agüero- Rubén Daniel Agüero

Introducción
La necesidad de marcar algunas diferencias conceptuales a cerca de la atención primaria de la salud es vital para desarrollar nuestra propuesta de salud. El radicalismo adopta la estrategia de A.P.S. (atención primaria de la salud) pero es cierto que otros como el justicialismo en la actualidad adoptan desde el discurso, la A.P.S. El radicalismo ha demostrado en diversas experiencias de gobierno, llevar adelante esta estrategia Democratizadora, que permite garantizar el derecho a la salud, de una forma eficaz y eficiente con resultados objetivos que lo demuestran. Por eso la diferencia es importante recordarla. Estrategia o discurso

 Atención Primaria de la Salud: Estrategia o discurso
La declaración universal de los derechos humanos (1948), considera a la salud como un derecho fundamental (art.25) y como tal  las naciones, asumen el compromiso de garantizar el goce del mismo a todas las personas, comunidades o grupos sociales La O.M.S  ha definido a la salud como el estado de bienestar físico, psicológico, social y cultural del individuo y su entorno y no la mera ausencia de enfermedad.
La APS es una estrategia que concibe integralmente los problemas de salud-enfermedad tanto individual como colectiva. Provee servicios de salud y las herramientas necesarias para producir los cambios que dan origen a los problemas de salud. Las causas sociales económicas o políticas que cercenan el derecho a la salud, también son incumbencia de esta estrategia.
Lograr el más alto nivel de salud, de una forma eficiente, con plena participación de la comunidad, tanto en el auto cuidado de su salud como la plena conciencia del medio ambiente y la salud colectiva.
Tomando esto  conceptos y desde la concepción del estado como el garante de los derechos, surge la necesidad de implementar una estrategia que permita universalizar el mismo.
La A.P.S. es propuesta por la O.M.S. como la estrategia que permite a todos los países las acciones para hacerlo posible.
Para esto debe ser la A.P.S. el núcleo central del sistema de salud, debe ser una propuesta política integral que permita la articulación del sistema de salud con los sectores que hacen a la vida de las personas, el sector económico, político, social y cultural deben involucrarse  activamente para el logro de un sistema eficaz y eficiente en garantizar el derecho a la salud.
La A.P.S. es una estrategia que genera progresivamente empoderamiento ciudadano, consecuentemente, genera espacios donde los individuos y sus comunidades se informan, se responsabilizan y deben decidir sobre su salud. La participación ciudadana es sustancial en esta estrategia.
Desarrollaremos nuevos mecanismos progresivos de participación y decisión democrática en el sistema de salud, incorporando aquellos existentes en las comunidades y organizaciones intermedias. 
Estos espacios facilitaran la desburocratización  del sistema, la asignación más equitativa del recurso, las responsabilidades y los esfuerzos. De igual manera la incorporación de mecanismos permanentes de monitoreo y evaluación, permitirán el afianzamiento de los profesionales del sector, desbaratando las aspiraciones de aquellos que espuriamente lucran o se benefician con el desconocimiento sobre procesos y resultados.
La incorporación de entidades intermedias (científicas y empíricas) en el mecanismo de evaluación y de control permanente del sistema facilitara la  detección oportuna de desvíos, que resultan en ineficacia o ineficiencia de las acciones o en actividades de corrupción. Estos mecanismos hacen al funcionamiento democrático de la estrategia.
La A.P.S. como eje del sistema de salud permite garantizar la universalización del derecho, para todos y cada uno de los individuos y comunidades, sin importar su condición política, social o económica.
La A.P.S. como discurso, ha constituido y constituye un mecanismo perverso de exclusión de los grupos sociales, más pobres y excluidos del sistema. Constituyendo en algunos casos un nivel de atención de bajo costo, que permite con maniobras dilatorias, dar atención a las dolencias más ostensibles, sin posibilitar la resolución integral de los problemas. De escasa capacidad para  abordar la prevención y la promoción de la salud de manera eficaz y eficiente.
Desarrollada como un subsistema precarizado genera  mecanismo de contención política y social, donde profesionales y técnicos (generalmente mal pagos) hacen esfuerzos denodados para  mitigar dolencias y carencias. Otros avenidos a políticos (punteros o referentes) utilizando las necesidades como mecanismo de captura de voluntades construyen poder anti democrático avalados por los responsables políticos provinciales y nacionales que se benefician de estas practicas
Las prácticas asistencialistas abundan, el recurso público en salud abunda en ejemplos de despilfarro y carencia extrema, se “dice” una cosa y se hace “otra”, co-existen en la actualidad la muerte por falta de recursos elementales y los negociados millonarios, todo debajo del mismo paraguas del discurso populista vigente.
En definitiva la A.P.S. como discurso constituye en muchos casos el sistema de salud para los pobres, profundizando aún más las diferencias económicas, políticas  y sociales existentes. Esto no es una apreciación subjetiva y tendenciosa,  es la descripción de la realidad. El sistema de salud actualmente muestra diferencias ostensibles en la cobertura, la calidad de las prestaciones según el sector social, político  o económico al que se pertenezca.
 La promoción de la salud que es sencillamente el desarrollo de los potenciales de cada individuo y el de sus comunidades esta lisa y llanamente vedado como derecho, para la mayoría de los sectores sociales. Por desconocimiento o por la imposibilidad de dar cumplimiento a las condiciones optimas de vida para alcanzar dichas metas. De nada sirve las recomendaciones de la OMS en la carta de Ottawa, el documento de Bogotá o la carta de Bangkok. El gobierno populista expresamente hace oídos sordos a estas recomendaciones, porque en definitiva establecer como objetivo el desarrollo de los potenciales humanos exige cambiar drásticamente de paradigmas. (Uno el vigente donde los pobres agracen por ser atendidos ante una enfermedad a otro donde se puede exigir por condiciones económicas y sociales que garanticen o faciliten el desarrollo de potenciales individuales y colectivos).  Dejar de ser beneficiarios para pasar a ser ciudadanos o personas de derecho, capaces para construir una sociedad con nuevos derechos y nuevas responsabilidades o
Con menos dolores y más libertades
 Una cantidad indescriptible de variables se ponen en juego a la hora de tener que hacer “uso” del “sistema de salud”, esto no hace otra cosa que poner de manifiesto la falta de coherencia política para el sector.  Por esto los indicadores de salud muestran la realidad descarnada y dolorosa, se producen en el país el doble de las muertes esperables de menores de un año, y con sectores donde la cifra se triplica. Estas muertes como tantas otras son evitables como también son evitables enfermedades si desarrollan políticas públicas con los criterios estratégicos de la A.P.S.  Cualquier indicador habla por sí solo de la carencia de políticas integrales que establezca un sistema equitativo, eficaz y eficiente, que permita llegar en forma oportuna a las diferentes contingencias de la salud.
Por esto nosotros nos oponemos con criterios objetivos al mero discurso vigente,  por convicción decidimos profundizar y actualizar la A.P.S. como estrategia central del sistema de salud.
La APS nace y se propone como un cambio en el sistema de valores que apunta a la superación de las desigualdades. Es en esencia, la estrategia para hacer efectivo el derecho a la salud. El pleno ejercicio del derecho a la salud permite la construcción de una sociedad con más posibilidades de ejercer sus derechos y cumplir con sus responsabilidades, es en definitiva junto con la educación condiciones básicas para construir más ciudadanía.

                Maitén Agüero                                                  Rubén Daniel Agüero

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